
Mientras maniobraba mi gigantesco mecha Desert Raptor MKII a través de un árido cañón repleto de drones hostiles y forajidos armados, sentí que Bounty Star tenía todos los ingredientes para convertirse en una propuesta única. Construido con partes que parecían rescatadas de un taller abandonado —y, en efecto, lo eran—, mi mecha enfrentaba enemigos con una mezcla de ataques contundentes cuerpo a cuerpo y disparos pesados. Aunque me costó algunos intentos salir victorioso, la prueba me dejó deseando volver al universo del juego cuando debute este año en Xbox Series X|S.
En Bounty Star, asumes el rol de Clem, una exsoldado con un pasado complejo, que intenta enmendar sus errores mientras se abre paso como cazarrecompensas en un territorio hostil conocido como Red Expanse, un entorno que evoca una versión desértica y futurista del suroeste estadounidense.
Una idea nacida en el desierto
El director creativo del juego, Benjamin Ruiz, contó que la inspiración para el mundo de Bounty Star surgió durante un viaje a Sedona, Arizona.
“Estaba rodeado de esos paisajes rojizos y pensaba: esto sería el escenario perfecto para un juego de acción con estilo visual distintivo”, comentó Ruiz. “Ese mismo día empecé a trabajar en el concepto. Tardamos un par de años en entrar en producción, pero la semilla ya estaba plantada”.
Ruiz siempre quiso contar una historia al estilo western, y Bounty Star es el resultado de ese deseo, combinado con el combate táctico de mechas, inspirado en títulos como Armored Core.
Vida de cazarrecompensas, con todo lo que eso implica
El juego no solo se trata de combates. También incorpora mecánicas de gestión y supervivencia: en la base de operaciones de Clem, ubicada en su desvencijado garaje, puedes cocinar (lo que otorga ventajas en combate), cuidar animales y administrar recursos como el agua. Esta combinación de simulación ligera con acción intensa busca capturar la rutina de una forajida futurista.
El estilo visual y la ambientación evocan obras como Firefly o Serenity: un mundo áspero, pero lleno de calidez y detalles humanos.

Arma tu propio mecha
Una de las características destacadas del juego es su sistema de personalización. Puedes modificar distintas áreas del mecha (alrededor de siete componentes principales), seleccionando entre armamento cuerpo a cuerpo, armas de fuego y módulos de soporte.
“Siempre necesitas una combinación de combate cercano y a distancia, pero tienes libertad para enfocarte en el estilo que más se adapte a ti”, explicó Ruiz. “Puedes optar por una máquina pesada y resistente o construir una versión ágil y veloz”.
Algunos jugadores de prueba incluso desarrollaron estilos de juego sin utilizar curaciones, priorizando la movilidad y el ataque constante.
Más que enemigos: un elenco pequeño pero memorable
Durante tu travesía, conocerás a personajes clave como el Marshall, un viejo conocido que entrega contratos, y un comerciante con una vibra más dudosa, pero acceso a tecnología valiosa. Aunque el reparto no es extenso, cada figura está diseñada para ofrecer interacciones relevantes y dejar huella en el jugador.
Recompensas, misiones y exploración del Red Expanse
Las misiones de cazarrecompensas son el eje central de Bounty Star. El juego utiliza un sistema de ciclo día-noche y en cada jornada encontrarás misiones principales y secundarias. Cada contrato te lleva a una zona distinta del mapa que funciona como un campo de batalla.
“Algunas tareas implican eliminar enemigos, otras capturar a ciertos objetivos. También habrá desafíos opcionales para quienes busquen superarse, como completar misiones en tiempo limitado o con configuraciones específicas”, comentó Ruiz.
Esto convierte al juego en una experiencia de acción en tercera persona con estructura tipo arena, pero con espacio para la creatividad en cada enfrentamiento.

Con su mezcla de combate de mechas, estética western y elementos de gestión hogareña en un mundo devastado, Bounty Star promete ser una propuesta fresca y con mucho corazón. Estaremos atentos a su lanzamiento en Xbox Series X|S a finales de este año.